El olvido de la educación moral, ética y cívica desde la perspectiva general

El olvido de la educación moral, ética y cívica desde la perspectiva general

¿Somos culpables de las ausencias como carencias de las normas morales, los principios éticos y los valores cívicos?

O más bien podríamos decir que es un olvido colectivo de la formación MORAL, ÉTICA Y CÍVICA, que nos inculcaron nuestros antecesores, los cuales eran formados en estas normas, principios, costumbres, disciplinas.

Educación y enseñanzas, impartidas por sus familias, autoridades correspondientes educativas, sociales de su época, las cuales nos las transfirieron a quienes contamos con alrededor de más o menos 30-60 años, que son los adultos y los mayores, QUE VERDADERAMENTE LES HEMOS Fallado EN SU LEGADOS QUE NOS DEJARON PARA TRANSFERIRLA AL EDUCAR Y FORMAR A LOS JÓVENES DE HOY EN DÍA.

Ahora bien: en la actualidad podemos notar cómo hemos abandonado estas formaciones que muy bien conocíamos en su momento, y es este mal social que nos agrupa haciéndonos cómplices por nuestra incapacidad de continuar esta formación MORAL, ÉTICA Y CÍVICA. 

Esto nos lleva hacernos esta pregunta:

¿Dónde están nuestras normas morales, los principios éticos y los valores cívicos?

¿O quien es más culpable de estos olvidos; los que nos dirigen o los que nos dejamos dirigir?

La respuesta la podemos definir desde un punto de vista circunstancial siguiente:

Nuestra sociedad en la actualidad está tan profundamente inmersa en la enfermedad de la inmoralidad, corrupción, vicios, delincuencia, violencia, irrespeto, etc., que no nos permiten ser excluidos por no tener como garantizarnos el no ser parte o víctimas de los ejemplos inmorales, de corrupción, cometidos en el diario vivir, por lo que ya no es cuestión de buscar de donde viene la culpa de estas ausencias morales, éticas, y cívicas.

Es tiempo de reflexionar a nuestra realidad inequívoca en la cual cada padre, madre, educador, dirigente, adulto, mayor, así como toda aquella persona que ocupe una función en la formación familiar, el buen funcionamiento de las regularizaciones de la sociedad, contribuyamos, aportemos, apoyemos, nos unamos con impulsos sociales a rescatar, readquirir la educación correcta desde los tres pilares de la formación del hombre y la mujer, para ser ciudadanos potables, útiles, dignos, capaces, con sentido de vocación de servicio.

Dejando a un lado el daño, la ausentada y manifestado abandono del bien común. 

Será nuestro ego de grandezas, de superioridad, de vanidad, que nos hacen olvidar nuestros sentimientos humanos hacia nuestras familias, amigos, allegados, sociedad en general.

Quisqueyanos y Quisqueyanas:

Es de cada uno de nosotros que depende el cambio inmoral, por los buenos principios, las buenas costumbres, las buenas acciones, las buenas actitudes, los buenos ejemplos; basados en las normas morales, divinas, éticas y cívicas, para con nuestras familias, las generaciones que nos observan.

¡Ciudadano dominicano: la sociedad  cuenta contigo, no la defraudemos ! 

El valor moral en el tiempo.-

En la evolución de la humanidad hacia el curso de las modernidades el valor moral tiende a perderse. 
Esto es natural y así será siempre; son los ciudadanos que debemos asumirlo en los comportamientos y conductas.

Adecuándolo a la tecnología, de la mano con los avances humanos  que son indetenibles, por esto es preciso  adaptarlos siempre y cuando sea necesario, las normas morales, divinas, éticas y cívicas, para que junto a los medios modernos, los adecúen a estos ciclos de vida.

Por nuestras familias, niños y sociedad, por la presente  como futura generación.

De ti, de mí, de todos depende el cambio de lo inmoral a lo moral, reaccionemos a nuestra falta de una educación, orientativa, asesorativa, MORAL, ÉTICA Y CÍVICA,

Hacia nuestra juventud dominicana, sociedad en general.

Que el Dios todopoderoso deposite su mano bendita en toda nuestra conciencia ciudadana, amén.